miércoles, 30 de octubre de 2013

Haciendo cosas raras para gente normal


El sábado 31 de agosto, Roberto Pettinato salió a caminar por el centro de Salta. O al menos, eso nos hizo creer. Contó parte del recorrido esa misma noche, sobre el escenario del Teatro del Huerto: “Justo pasé por un monasterio de monjas que no salen hace cincuenta años. Les tiré un porro y les dije ‘¡no vale la pena salir!’”, recordó, en medio de Me quiero portar vien, su espectáculo de stand up que lo trajo a la provincia. “Con Sumo no llegamos nunca a Salta, sólo hasta La Rioja”, dijo también, entre las risas del público. Entonces se puso a relatar la historia que protagonizó con Alejandro Sokol, en los ochenta, cuando Sumo recién comenzaba. Años en los que la banda era hija de los caprichos y la guita acumulada transformada en instrumentos de un tano heroinómano que hablaba en inglés e intentaba zafar como sea de la parca. Cuando aún no eran leyenda ni habían editado discos trascendentales. En esas épocas sólo podían acumular experiencias como la de La Rioja, que incluía cactus, ganas de drogarse y frustraciones alucinógenas con forma de pinchazo.

sábado, 19 de octubre de 2013

Horrible autobombo y una pequeña reflexión sobre el periodismo especializado en escenas emergentes


El nuevo número de Rock Salta apareció en las últimas horas. Se trata de la edición 17 de esta revista que intenta hacer periodismo especializado desde una región (Noroeste) en donde las bandas locales no juntan más de cien personas con entradas pagas.

Rock Salta empezó en 2006 como un fotolog que anunciaba fechas de conciertos en la ciudad. En 2007 evolucionó a página web y en 2011 se transformó también en revista, primero mensual, luego bimestral. En el medio, realizó programas de radio en diversas FM salteñas, creó una radio online propia y hasta un piloto de televisión que no prosperó porque el que mucho abarca poco aprieta y cuanto más alto trepa el monito (así es la vida) el culo más se le ve. También es productora de shows (rama que está últimamente en el freezer) y discográfica independiente. En total, el staff de Rock Salta está compuesto por ocho personas a las que se les suman diferentes colaboradores, especialmente para las notas de la revista o la web.

Este número es el primero que en su portada no hace referencia al rock del NOA. La supuesta espalda que la revista le da a los músicos de la región es un discurso que Rock Salta viene soportando desde hace un rato largo. Algunos artistas del rock salteño opinan que al ser una revista hecha desde la capital provincial, Rock Salta debería ser un pasquín propagandista que sólo hable bien de cualquier cosa producida en la tierra de Güemes. En Rock Salta esa idea no prospera. ¿Desde cuándo el periodismo se debe a sus entrevistados o a lo que va a cubrir? ¿Y desde cuándo la única manera de apoyar a una escena emergente es llenándola de elogios injustificados?

sábado, 5 de octubre de 2013

Vos no me dejaste, tampoco yo a vos


El combo recuerdo de esa noche de invierno consta de un afiche blanco y negro vintage-bajo presupuesto, con la fecha (“Lunes 6 - Agosto - 22 hs.”) y auspicios de la Intendencia Isa, Casino Salta, Flecha Bus (¿lo hicieron viajar en bondi?) y una tarjeta de crédito, que seguramente estaba en las antípodas de sus ideas liberadoras, pero que sin dudas ayudó a garpar el show. Lo completan dos casetes TDK A60 (Low Noise, High Output) que rezan “Spinetta en el Huerto", 1 y 2, respectivamente; escritos con birome azul de trazo grueso que perdura en el tiempo; al igual que la cinta que se la bancó a través de los años, las escuchas, las rebobinadas y las lengüetas rotas para evitar play rec imprevistos.

TDK A60 (Low Noise, High Output): PLAY.

jueves, 3 de octubre de 2013

"La música hace lo que quiere"

(Foto: Diego Ele, Facebook David Lebón)

El Design Suites es tan, pero tan cheto, que cuando La Renga se instaló allí en julio, uno de los primeros comentarios que surgió fue sobre el excesivo lujo que ostentan sus instalaciones. El coqueto hotel, ubicado en pleno centro de la ciudad, albergó a casi todos los músicos de rock que llegaron en los últimos meses. Por ahí estuvieron Fito Páez, Willy Crook, Divididos y Nito Mestre, entre otros. Jamás el Indio Solari, que tiene su búnker sobre los cerros, en la Presidencial del Sheraton.

En el bar del hotel está David Lebón, durante la tarde del 30 de mayo de 2012, antes de tocar en un Teatro Provincial repleto de gente que pagará apenas $15 por pera, gracias al ciclo Cultura da la Nota; uno de los pocos proyectos del gobierno provincial (¿el único?) que fue aplaudido por la mayoría. Lebón, de casi 60 años (los cumple en octubre), volvió a Salta tras un lustro de ausencia.

Vestido de blanco, como el viejo embebido por la cultura hippie que es, pero sin llegar al mensaje de autoayuda zen que alguna vez popularizó Piero (¡Piero!); Lebón se acerca, pide una Coca Cola, saluda y dice: “Cuando se fue Luis (N. de la R: Spinetta, se entiende), me di cuenta de lo que era la historia. La historia que tuvimos nosotros dos. Aunque parezca que no, compartí mucho con él. Aprendí, aprendimos, y así con cada uno, o sea que no tuve mucho tiempo de pavear”.