LA MÚSICA ME SIGUE DESPERTANDO CURIOSIDAD Y ME SIGUE EXCITANDO.

Alfredo Rosso.

No hace falta agregar nada.

- Viviste en Londres un tiempo. ¿Qué es lo que más recordás de esa época?
Si bien yo nunca me establecí en Londres, en el sentido de quedarme a vivir, he visitado la capital inglesa unas veinte veces a través de las décadas, así que la conozco bastante bien. Especialmente emotivo fue mi primer viaje, ya que sucedió en diciembre de 1974, cuando tenía 20 años. Fui a vivir a una casa de familia y me quedé un mes. Todo era sorpresa. Los edificios, las calles, los museos, el río Támesis, hasta la TV color, ya que en Argentina fue en blanco y negro hasta 1980. Y por supuesto el rock, las disquerías, los recitales. Pude ver a Bad Company, Faces y Rory Gallagher. Y, bueno, fue una experiencia transformadora.

- ¿Qué te llevó a ser periodista de rock?
Me encantó la idea de ser un investigador de esta música que me fascinaba y de ser una especie de "intermediario" entre el artista y el público.

- ¿Qué es lo mejor que te pasó gracias a tu profesión?
Entrevistar a Jack Bruce en 1997. Ver a Cream reformado en el 2005. Asistir al festival de Glastonbury en varias ocasiones.

- ¿Puede alguien que no sabe tocar ningún instrumento ser un buen periodista de rock?
Puede. La sensibilidad es un factor clave. Se puede apreciar la buena pintura o la buena literatura sin ser pintor ni escritor. Habiendo dicho eso, sin embargo, considero que aprender música es siempre una buena idea.

- ¿Cuánto influyó el periodismo de rock en la tragedia de Cromañón?
Influyó por omisión. Desde hace mucho tiempo los recitales de rock se hacen muchas veces en condiciones de hacinamiento y en locales de seguridad muy dudosa sin que nadie o muy pocos periodistas mencionaran (yo nunca lo hice). Tampoco las costumbres peligrosas de las audiencias (como encender bengalas en lugares cerrados o el pogo muy agresivo en lugares atestados de gente) fueron comentadas, por lo menos no que yo recuerde.

- ¿La tragedia sólo sirvió para que las coimas sean tres veces más caras y las bandas under no tengan lugares para tocar?
Eso tiene que ver con varias cosas, en mi opinión, entre ellas una especie de revancha de los inspectores, antes acusados de negligentes; mezclada con el espíritu reaccionario que siempre subyace en capas del estamento gobernante frente al rock "no cortesano", y también el monopolio que hoy tiene el rock desde el punto de vista de productoras que controlan salas y estadios.

- Contame lo que te acuerdes de la vez que te subiste al escenario disfrazado de oso en un recital de los Redondos.
Fue una especie de apuesta que hice con amigos. Yo solía subirme a cantar un par de coros con los Redondos, a veces en "Te voy a atornillar", a veces en "Ñam fi frufi fali frú" y también hacía especie de monólogos cuando no estaba Symns. Pero todo muy artesanal. Hay que comprender que era la época en que los Redondos tocaban en clubes y un poco el show era compartido con amigos y cómplices de ruta. Lo del disfraz de oso era una vieja idea hasta que un día me decidí y alquilé el disfraz completo y me subí al recital que hicieron en Cemento a mitad del '85. Fue gracioso porque Poli y Skay lo sabían de antemano, pero creo que el Indio no. Menuda sorpresa se debe haber llevado cuando vio un oso cantando el coro de "Ñam fi frufi fali frú". Igual no la exageré. El oso subió tres minutos, más o menos, y se fue del escenario. Tan breve fue que hay muy pocas fotos del hecho.

- Últimamente están apareciendo muchos discos “homenaje”. Es curioso que se editen este tipo de discos, mientras que muchas de las grabaciones originales no estén reeditadas o tengan una pobre presentación. ¿Qué pensás?
Los discos homenaje vienen bien porque el repertorio de nuestro rock merece ser conocido por las nuevas generaciones. Durante muchos años no se grabó ningún tipo de covers, así que hay mucho por descubrir. Las ediciones originales deben volver al mercado de la mejor manera posible y estamos tratando, con mi amigo y colega Marcelo Fernández Bitar, de colaborar un poco para que así sea, aportando nuestro esfuerzo a reediciones de rock nacional de Sony/BMG, Universal y EMI.

- ¿Qué lugar ocupa el rock argentino en el mundo?
El rock argentino es el movimiento de rock más importante de habla hispana, de eso no tengo duda.

- ¿Sentís que está estancado?
Para nada. Nunca hubo tanta oferta de rock y tantas combinaciones con otros géneros y tantas posibilidades potenciales como ahora. Quizás el rock más creativo no esté en las radios masivas, en eso estamos de acuerdo. Pero cualquier fin de semana, en cualquier ciudad del país y en buena parte del interior, la banda de sonido de los chicos y chicas sigue siendo alguna forma de rock. Pienso, además, que no hay que tenerle miedo a las fusiones y a los híbridos, porque el rock se ha nutrido siempre de ellos, a través del tiempo y en todas las geografías. Tampoco estoy de acuerdo con quienes dicen que el rock se ha "deformado" y "futbolerizado", como si debiera mantenerse en una especie de torre de marfil. El rock socialmente relevante siempre ha sido un eco de su entorno y hoy en día parte de nuestro rock refleja los cambios que se han operado en la sociedad en los últimos años. También hay otro rock para otras audiencias, más refinado, si cabe la expresión. Lo que hay que entender es que no hay un sólo tipo de rock "iluminado" y un montón de "grasas" que supuestamente lo deforman. Esa visión me parece muy clasista, hasta xenófoba. Uno puede disfrutar del tipo de rock que prefiera pero nadie puede ser tan soberbio como para decidir qué es rock y qué no lo es, desde una especie de Olimpo rockero que mira al resto hacia abajo.

- ¿Cuál es la banda más injustamente ignorada en el rock nacional?
Hablemos de bandas pero también de solistas. En Argentina, bueno todavía hay que hacerle justicia a Manal, Miguel Cantilo y Litto Nebbia, que no tienen el reconocimiento masivo que merecen al nivel de un Charly o un Spinetta. También Raúl Porchetto merece lo suyo. En décadas subsiguientes, Suéter, mezcla de humor y buena música, merecería mejor suerte. El grupo M.I.A. (Lito Vitale y familia) también tendría que tener una revalorización. De Tucumán, Redd, merecería al menos un artículo histórico.

- ¿Y en el rock internacional?

De afuera son demasiadas como para mencionar aquí, pero Incredible String Band, Kevin Coyne, Magazine, Laura Nyro y The Teardrop Explodes son las que me vienen a la mente.

- ¿Por qué la gente no se banca un recital con canciones nuevas, o con versiones experimentales?
Porque tenemos miedo al cambio y a la novedad, en la música y en la vida.

- Por tu trabajo estás obligado a escuchar mucha música. ¿Cómo hacés para seguir escuchando algo donde el tercer tema ya te parece una porquería?

La música me sigue despertando curiosidad y me sigue excitando. De todas formas, aprendí a ser un poco más selectivo. En los festivales, por ejemplo, no necesito ver todo un show para darme cuenta de qué va una banda. Generalmente miro y escucho tres o cuatro temas, excepto de las bandas que me gustan mucho.

- ¿Cuáles son los discos que más estás escuchando últimamente?
Robin Williamson "The Iron Stone". Luis Alberto Spinetta "Pan". The Long Blondes: "Someone to drive you home" y muchos históricos: Peter Hammill, Color Humano, Jimi Hendrix, Incredible String Band, Charly.

- ¿Alguna banda nueva que te haya volado la cabeza?
The Long Blondes, banda nueva inglesa.

- ¿Por qué nunca escribiste un libro? Estaría bueno ver tus notas recopiladas en un solo volúmen (al estilo de “La historia del palo”, de Gloria Guerrero).
Estoy en eso, pero tengo demasiadas actividades que conspiran contra la disciplina de armar un libro.

- Para terminar, decime la mejor frase rockera que recuerdes.
"Si no fuera por la música, no nos salva ni Tarzán" (Miguel Cantilo, en el tema "En la jungla tropical", de Miguel Cantilo y Punch)

¡Gracias Alfredo!