Fue todo muy de golpe. El viernes me enteré de que viajaba a Córdoba para ver al Indio Solari en Jesús María, el sábado. Debo decir que tenía muchas ganas de viajar a la Docta porque ahí vive uno de mis hermanos, Javier, a quién en los últimos cinco años sólo había visto una vez, una tarde que coincidimos en la misma ciudad, así que era doble mi entusiasmo.
No preparé casi nada, me tiré a dormir una siesta a las seis de la tarde del viernes y casi sigo de largo y pierdo el bondi. Por suerte me desperté a tiempo y a las nueve y media de la noche ya estaba viajando en la desastrosa empresa La Veloz del Norte. Todas las veces que viajé con ellos, me resultó una cagada. El viernes no fue la excepción. Para arrancar, el bondi estaba lleno de cucarachas. Todo bien, pero queda feo, man. Los asientos eran una garcha imposibles de reclinar decentemente. Por suerte viajé sin nadie al lado y me pude estirar un poco más.
A las doce de la noche, cuando llegamos al límite entre Salta y Tucumán, nos detuvimos casi una hora. Nadie decía nada. Simplemente estábamos parados, al lado del puesto policial. Yo pensaba: “se rompió la verga ésta y están esperando que llegue otro para pasarnos, la re puta madre”. Pero no, era un simple “control” de la policía tucumana, división Narcotráfico. Nos hicieron bajar con los bolsos de mano y hacer una fila para revisarlos. Cuando llegó mi turno, el naca me revisó muy brevemente el morral desastroso que hacía las veces de equipaje y me hizo pasar para el otro lado del puesto, a esperar a los demás. Pude haber llevado dos ladrillos, cuarenta frascos de jarabe para la tos y ochenta bengalas para repartir entre lo´ pibe´, pero los muchachos de la gorra nunca se hubiesen enterado porque ni se gastaron en revisarme los bolsillos o la campera. Desastre. Una hora parados al pedo para eso. “Parte de la experiencia”, me dije y me cagué de risa.
Había hablado con Javi para que me vaya a esperar a la terminal. A las siete de la mañana, tres horas antes de terminar el viaje, me llegó el siguiente mensaje de texto:
“Me acabo de acostar. Tomate un taxi.” No, no me iba a tomar un taxi sabiendo que tenía poca guita y todavía tenía que comprar los pasajes de ida y vuelta para Jesus Mary (pronúnciese: “Shisus Mery”). Así que apenas llegué a la capital mediterránea (previa parada para desayunar un café con leche con criollitos, clásicos cordobeses; en un parador rutero sintiendo que me faltaba el mp3 con Creedence) le mandé otro mensaje diciéndole: “Ni pienso tomarme un taxi. ¿Qué bondi me deja bien?”. Resultado: “Vení en taxi, yo pago”. Buenísimo.
Una vez en su casa, nos pusimos al día y todas esas cosas que hace la gente que hace mucho no se ve. Al mediodía me prestó dos cospeles, me dijo “tomate el trole A, bajáte en el Patio Olmos y camina hasta la terminal. A la vuelta hacé lo mismo, pero al revés”. Le hice caso, como buen hermano menor que soy, y media hora después ya estaba en la terminal rodeado de ricoteros de todos lados, abrigados con los trapos porque hacía bastante frío. Los coles para JM salían a cada rato, así que había que pasar por boletería, te daban el pasaje por seis mangos y después te tenías que poner a hacer la cola para tomar el cole. Adentro del bondi (que iba hasta las manos, obvio, con gente parada también) iban todos tranquilos. Yo ya me había imaginado la situación: todos parados, fumando faso, cantando y golpeando el cole. Pero pasó eso a medias, porque muy de vez en cuando cantaban los cantitos de siempre (no se les cae una idea a los creativos de la hinchada ricotera) y no golpeaban nada. Bueno, era toda gente respetuosa, parece. De vez en cuando alguno hacía sonar algún tema redondo o solariesco (¿?) en su celular con mp3 (la gente ricotera, como mi carreta, ya no es lo que era, ya no es lo que era) y a mí me daba un poquitín de vergüenza, porque los cantitos carecían de todo aguante, agite y todo eso que se espera de las hordas de desangelados (?????). Apenas unas vocecitas tímidas se escuchaban, acompañando a los temas. Por ahí lo jodían al chofer, pero el hombre, muy responsable, no se inmutó y siguió manejando. Yo agradecí a todos los cielos por eso, porque andar por la ruta me da mucho cagazo.
Cincuenta minutos después ya estábamos en el pueblo de la doma y el folclore. Me encontré con los que tenía que encontrarme y empezamos a recorrer. Todo parecía funcionar según el manual: el lugar copado por los que habían llegado de todos lados, banderas colgadas, gente tirada en cualquier lado, en pedo, por supuesto y así… Faltaba que hagan quilombo y las corridas y todo eso para que todo lo que se espera de un concierto redondo y de ricota sea como debe ser. Pero por suerte ese prejuicio no se cumplió y estuvo todo más que tranqui.
Una vieja estación de trenes hizo de aguantadero para todos los que llegaban (si te ibas para otro lado de JM, la cana te empezaba a joder y a decirte que circules). Ahí había puestos de comida, bebida y mp3. Además había varios parlantes que pasaban a los Redondos todo el santo día (no, si iban a pasar Pier).
Tipo cinco de la tarde entré al Anfiteatro. Antes lo había estado buscando al pelotudo del BB para poder cantarle las cuarenta al por fin tenerlo cara a cara, pero el muy cobarde no apareció (?).
Bueno, todo lo que pasó después lo saben: el Indio dio un gran concierto, bla, bla, bla… Me cagué de risa cuando le pegaron el zapatillazo. Me acordé al toque de que en el último recital de PR, también en Córdoba, pero en el Chateau, en 2001, el pelado sesentón también se había calentado por lo mismo (“¿Qué te pensás? ¿Qué acá están tocando Los Violadores?”). Aunque esa vez no lo embocaron. ¿Habrá sido Skay? ¿El Cantante de Pier de ahora en más se hará tirar zapatillas en la ingle?
A la salida todos arrasaron con los puestos de chori. Después me comentaron que los diarios informaron que la birra se acabó en JM a las ocho de la noche. Habrán conseguido más, porque eran las 3 de la mañana y nosotros ya habíamos tomado varias.
A las cinco decidimos rumbear a la terminal. Antes no lo hicimos porque estaba hasta las bolas y todos se querían colar. Era un quilombo. Encima la policía se puso densa y entró a romper las pelotas. Volví parado (no conseguí asiento esta vez). Un pibe se tiró a dormir en el porta equipaje. Por suerte el bondi no dobló fuerte.
A las 9 de la mañana caí en la casa de mi hermano (me demoré porque me costó encontrar la parada del trole A para volver, no era tan así nomás; además me compré más criollitos, de hojaldre. Tremendos) tomamos unos mates y me acosté hasta las doce y media. Cocinamos como pudimos unos tallarines con pollo (“está congelado el pollo, boludo”), mi hermano se mandó unos tangazos (bandoneonista, el hombre), tomamos más mates y seguimos hablando al pedo.
Siete y media estaba otra vez en el Patio Olmos, esta vez esperándola a Petrona. Como ya saben, ahí formamos el S.I.B.A.
Diez y media de la noche, estaba otra vez, arriba de la poronga erecta llamada La Veloz del Norte. Me tocó el mismo bondi (lo comprobé cuando aparecieron las cucarachas y nos pasaron las mismas dos películas que a la ida). Pude dormir las doce horas. Llegué a Salta, me compré mortadela, queso, pan y una Coca y me fui para mi casa.
Estuvo bueno.
No preparé casi nada, me tiré a dormir una siesta a las seis de la tarde del viernes y casi sigo de largo y pierdo el bondi. Por suerte me desperté a tiempo y a las nueve y media de la noche ya estaba viajando en la desastrosa empresa La Veloz del Norte. Todas las veces que viajé con ellos, me resultó una cagada. El viernes no fue la excepción. Para arrancar, el bondi estaba lleno de cucarachas. Todo bien, pero queda feo, man. Los asientos eran una garcha imposibles de reclinar decentemente. Por suerte viajé sin nadie al lado y me pude estirar un poco más.
A las doce de la noche, cuando llegamos al límite entre Salta y Tucumán, nos detuvimos casi una hora. Nadie decía nada. Simplemente estábamos parados, al lado del puesto policial. Yo pensaba: “se rompió la verga ésta y están esperando que llegue otro para pasarnos, la re puta madre”. Pero no, era un simple “control” de la policía tucumana, división Narcotráfico. Nos hicieron bajar con los bolsos de mano y hacer una fila para revisarlos. Cuando llegó mi turno, el naca me revisó muy brevemente el morral desastroso que hacía las veces de equipaje y me hizo pasar para el otro lado del puesto, a esperar a los demás. Pude haber llevado dos ladrillos, cuarenta frascos de jarabe para la tos y ochenta bengalas para repartir entre lo´ pibe´, pero los muchachos de la gorra nunca se hubiesen enterado porque ni se gastaron en revisarme los bolsillos o la campera. Desastre. Una hora parados al pedo para eso. “Parte de la experiencia”, me dije y me cagué de risa.
Había hablado con Javi para que me vaya a esperar a la terminal. A las siete de la mañana, tres horas antes de terminar el viaje, me llegó el siguiente mensaje de texto:
“Me acabo de acostar. Tomate un taxi.” No, no me iba a tomar un taxi sabiendo que tenía poca guita y todavía tenía que comprar los pasajes de ida y vuelta para Jesus Mary (pronúnciese: “Shisus Mery”). Así que apenas llegué a la capital mediterránea (previa parada para desayunar un café con leche con criollitos, clásicos cordobeses; en un parador rutero sintiendo que me faltaba el mp3 con Creedence) le mandé otro mensaje diciéndole: “Ni pienso tomarme un taxi. ¿Qué bondi me deja bien?”. Resultado: “Vení en taxi, yo pago”. Buenísimo.
Una vez en su casa, nos pusimos al día y todas esas cosas que hace la gente que hace mucho no se ve. Al mediodía me prestó dos cospeles, me dijo “tomate el trole A, bajáte en el Patio Olmos y camina hasta la terminal. A la vuelta hacé lo mismo, pero al revés”. Le hice caso, como buen hermano menor que soy, y media hora después ya estaba en la terminal rodeado de ricoteros de todos lados, abrigados con los trapos porque hacía bastante frío. Los coles para JM salían a cada rato, así que había que pasar por boletería, te daban el pasaje por seis mangos y después te tenías que poner a hacer la cola para tomar el cole. Adentro del bondi (que iba hasta las manos, obvio, con gente parada también) iban todos tranquilos. Yo ya me había imaginado la situación: todos parados, fumando faso, cantando y golpeando el cole. Pero pasó eso a medias, porque muy de vez en cuando cantaban los cantitos de siempre (no se les cae una idea a los creativos de la hinchada ricotera) y no golpeaban nada. Bueno, era toda gente respetuosa, parece. De vez en cuando alguno hacía sonar algún tema redondo o solariesco (¿?) en su celular con mp3 (la gente ricotera, como mi carreta, ya no es lo que era, ya no es lo que era) y a mí me daba un poquitín de vergüenza, porque los cantitos carecían de todo aguante, agite y todo eso que se espera de las hordas de desangelados (?????). Apenas unas vocecitas tímidas se escuchaban, acompañando a los temas. Por ahí lo jodían al chofer, pero el hombre, muy responsable, no se inmutó y siguió manejando. Yo agradecí a todos los cielos por eso, porque andar por la ruta me da mucho cagazo.
Cincuenta minutos después ya estábamos en el pueblo de la doma y el folclore. Me encontré con los que tenía que encontrarme y empezamos a recorrer. Todo parecía funcionar según el manual: el lugar copado por los que habían llegado de todos lados, banderas colgadas, gente tirada en cualquier lado, en pedo, por supuesto y así… Faltaba que hagan quilombo y las corridas y todo eso para que todo lo que se espera de un concierto redondo y de ricota sea como debe ser. Pero por suerte ese prejuicio no se cumplió y estuvo todo más que tranqui.
Una vieja estación de trenes hizo de aguantadero para todos los que llegaban (si te ibas para otro lado de JM, la cana te empezaba a joder y a decirte que circules). Ahí había puestos de comida, bebida y mp3. Además había varios parlantes que pasaban a los Redondos todo el santo día (no, si iban a pasar Pier).
Tipo cinco de la tarde entré al Anfiteatro. Antes lo había estado buscando al pelotudo del BB para poder cantarle las cuarenta al por fin tenerlo cara a cara, pero el muy cobarde no apareció (?).
Bueno, todo lo que pasó después lo saben: el Indio dio un gran concierto, bla, bla, bla… Me cagué de risa cuando le pegaron el zapatillazo. Me acordé al toque de que en el último recital de PR, también en Córdoba, pero en el Chateau, en 2001, el pelado sesentón también se había calentado por lo mismo (“¿Qué te pensás? ¿Qué acá están tocando Los Violadores?”). Aunque esa vez no lo embocaron. ¿Habrá sido Skay? ¿El Cantante de Pier de ahora en más se hará tirar zapatillas en la ingle?
A la salida todos arrasaron con los puestos de chori. Después me comentaron que los diarios informaron que la birra se acabó en JM a las ocho de la noche. Habrán conseguido más, porque eran las 3 de la mañana y nosotros ya habíamos tomado varias.
A las cinco decidimos rumbear a la terminal. Antes no lo hicimos porque estaba hasta las bolas y todos se querían colar. Era un quilombo. Encima la policía se puso densa y entró a romper las pelotas. Volví parado (no conseguí asiento esta vez). Un pibe se tiró a dormir en el porta equipaje. Por suerte el bondi no dobló fuerte.
A las 9 de la mañana caí en la casa de mi hermano (me demoré porque me costó encontrar la parada del trole A para volver, no era tan así nomás; además me compré más criollitos, de hojaldre. Tremendos) tomamos unos mates y me acosté hasta las doce y media. Cocinamos como pudimos unos tallarines con pollo (“está congelado el pollo, boludo”), mi hermano se mandó unos tangazos (bandoneonista, el hombre), tomamos más mates y seguimos hablando al pedo.
Siete y media estaba otra vez en el Patio Olmos, esta vez esperándola a Petrona. Como ya saben, ahí formamos el S.I.B.A.
Diez y media de la noche, estaba otra vez, arriba de la poronga erecta llamada La Veloz del Norte. Me tocó el mismo bondi (lo comprobé cuando aparecieron las cucarachas y nos pasaron las mismas dos películas que a la ida). Pude dormir las doce horas. Llegué a Salta, me compré mortadela, queso, pan y una Coca y me fui para mi casa.
Estuvo bueno.
22 comentarios:
¡Está bieeeeeeen!
jaja yo tambien relate mi experiencia del sabado!
que suerte que no hubo bardo por ningun lado, salio perfecto!
Querido cadorna, no llames a la desgracia.
La naca tucumana te podria haber hecho un examen rectal para buscarte falopa y las hordas de patricio, si hubiesen sido las de antes te podrian haber sodomizado hasta que te guste.
Siempre festeja un cana haragan porque uno con ganas de laburar es un dolor en el ojete.
No el Dr. tiene toda la razón.
Ah, y el hojaldre es un asco, dejate de joder.
¿Te copas y ponés la lista de temas que no la encuentro por ningún lado?
Vos porque no probaste los criollos de la panadería Independencia, ubicada en la calle del mismo nombre. Tremendos, gloriosos.
Va la lista:
1. Pedia siempre temas en la radio.
2. Ramas desnudas.
3. Martinis y Tafiroles.
4. La hija del fletero.
5. Tarea fina.
6. Y mientras tanto el sol se muere...
7. Porco Rex.
8. Bebamos de las copas lindas
9. Un angel para tu soledad.
10. Nike es la cultura (hasta el primer estribillo porque le dieron un zapatillazo y dijo "pará" a la banda).
11 Sopa de lágrimas.
12.Te estás quedando siin balas de plata...
13. Ella debe estar tan linda.
14. Me matan, limón!
15. Pabellón séptimo.
16. El pibe de los astilleros.
17. Tatuaje.
18. ¿Por qué será que Dios no me quiere?
19. Vuelo a Sidney.
20. Tomasito, ¿podés verme? tomasito ¿podés oirme?
21. Nueva Roma.
22. Juguetes perdidos.
23. El Infierno está encantador.
24. Flight 956.
25. Ji Ji Ji.
26) Prisionera robot
27) Jaque Mate
28) Un Millón de Añoz Luz ("para mi amigo Charly Alberti que se come un alto bombón fané" dijo Solari...) (?)
Perdón, preciso dormir carajo...
Muy bueno Cadorna!
29) If you want blood, you ve got it.
30) Tumbling dice
31)Fin de mes
32)El noble repulgue
33)Orientales,Son buenas
34)La gallina y los pollitos
35)Potpurri Cuentos borgeanos y Mole
36)Sube leo garcia y comparan peladas
37)macri le entrega las llaves de la ciudad de jesus mary chain
38)Riverito hace coros en nene nena
39)Empiezan a desarmar el escenario y el indio no se quiere bajar, empieza a cantar la marcha de la bronca
40)Ladrones y Ali babá.baaaaababaaa.
41) La hecatombe, la debacle total.
42) 5am, quedan 20 personas y sube Say No More
buen viaje chabón... los coles que van a cba son todos una mierda
43) Boquita de Caramelo (con Charly García vestido de Eva Perón (?) )
44) Borracho, borrachito ("para todos ustedes, esta genial canción de Chupete's" sentenció el Indio...
45) "Y ahora uno de Luz Mala carajo", gritó Solari y se armó un pogo de la concha de su madre
((((((((((((((((?)))))))))))))))))
46) suben Leon Gieco y Mercedes Sosa para hacer una version coral de algun tema de mierda de Arbol (elijanlo uds al tema)
Perdón a todos por pedir la lista y generar esta oleada de comentarios.
Ah, me olvidaba: qué lindo saliste en la imagen que ilustra el post!
Cumpla mi sueño de sindicalista provinciano y circunscríbame al S.I.B.A
Más vale que sean todos peronistas sino se pudre…
47) Sube Piero y la negra le dice Gracias.
Muy linda la historia, pero no dijiste qué películas pasaron en el bondi
¿Alguna con Gastón Pauls?
Una con Catherine Z Jones y otra de acción pedorra.
Me cagué de risa con la lista.
Ber, no sé de donde sos. Informanos (?)
Grande Tucho por provocar la lista.
Ta luegos totales (?)
48) Sube Toti y hacen Satisfaction.
49) sube la presidenta y se pone a hablar del campo
Gran relato pero mejor lista de temas. Tucho: lavate la boca antes de hablar mal de los criollos de hojaldre.
y voss te kedas del viaje kerido?? yo viaje con los ricoteros mas ricoteros,por dioss,, faso las 13 hs de viaje! escabio por todos lados, nadie durmiò en ese miccro! (se sabe por que) jaja
viaje como un perrito con la cabeza afuera de la ventana jajaaja
igual valiò la pena ese viaje de mierda!! q lista por favorr!! increibles temas! y para terminar me lo cruce al indio y me firmo la remera! q groso q esss!! bueno saludossss!!""
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