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Que a cierto sector del público consumidor de periodismo de rock le parezca malo el nivel de los periodistas que llevan adelante el género, está bien, es lógico. No se puede satisfacer a todos. Que la mayoría lo diga tampoco está mal. Ahora, que la mayoría opine que “si estos periodistas escriben las notas, yo no las leo” ya suena a exageración, a eso que le da motivos a Andrés Calamaro (el hermano del que le canta a las ballenas) para atacar a páginas como ésta (más allá de que nunca se haya referido a ningún blog en particular).

Precisamente, esa (“Si las escriben ellos, no las leo”) fue la opción ganadora de la encuesta "Leo notas de rock si las escribe:", habilitada en este blog en febrero y cerrada en mayo. Hoy, 7 de junio, día del periodista, es una buena oportunidad para conocer los resultados y para indagar (un poco, tampoco tanto) sobre el periodismo de rock en Argentina.

“Sin dudas en internet siempre gana la opción más bardera. Es tanto más fácil destruir desde la computadora que sostener la misma idea en público. Ante 30 opciones sensatas y una que arme bardo, gana la última”, opina Herbie, el hombre detrás de Remeras Rockeras , gran conocedor del ambiente, y quien paradojicamente habla desde el anonimato ("Es fundamental", le diría Pappo). “En las encuestas la última opción siempre es favorita, y más si representa una idea superadora-destructiva-hilarante en relación con las opciones anteriores”, reflexiona Javier Aguirre (no el DT, sino el periodista que podés leer todos los jueves en el suplemento No, de Página 12).

Aguirre apunta a algo que también es cierto: en los blogs se suele mezclar la burla con la admiración. Todos pueden emocionarse en sus casas con los discos de (por ejemplo) SNM, pero si aparece un post sobre su persona, muchos dejan el fanatismo (y el brazalete) de lado para burlarse de él, ridiculizarlo y faltarle el respeto, incluso cuando el blog no intenta dejarlo mal parado.

Diego Mancusi, periodista que ostenta el glorioso (?) record de haber nombrado a este blog en dos ocasiones en 10 Música.com, y que además obtuvo el quinto puesto en la tabla general y tercero en la de los periodistas (ya que la opción "Otros" se llevó el cuarto), cree que "juega un papel muy importante el hecho que los comentarios de blogs son un método de protesta inocua y anónima en la que muchos canalizan su espíritu 'contestatario' al punto de exagerarlo, sin que en realidad la cuestión pase de una puteada improcedente y sin que haya mucha propuesta que sustente la protesta". Aunque también agrega: "Quizás haya cierto grado de descontento del público promedio de los blogs con los contenidos de los que se ocupa el periodismo de rock: tal vez los blogs y las revistas no le estén hablando a la misma gente en estos momentos". Esta última idea no es desacertada: muchas personas opinaron en distintos momentos, que ya no leían revistas y diarios y sólo se dedicaban a la lectura de blogs. Esto es algo que excede a los lectores de notas sobre rock y abarca al periodismo en general.

"A mí me parece bien que cualquiera pueda elegir, opinar y hasta decir: 'No leo ninguna nota que escriba uno de estos periodistas'. Eso también es rock and roll". La que habla ahora es Gloria Guerrero, quien comparte el sexto puesto general con Claudio Kleiman y Eduardo Fábregat. "De todas formas, no deja de sonar un tanto extraño que los bloggers detesten a TODOS los periodistas. Es decir: no todos los de la lista escribimos igual, ni pensamos igual, ni tenemos los mismos gustos, ni la misma sintaxis, ¡ni siquiera la misma forma de poner en palabras lo que nos pasa por la cabeza! La mayoría de nosotros, de hecho, coincidimos en bastante poco", agrega, contundente, y concluye: "Así que, de un abanico bastante heterogéneo, con decenas de opciones para elegir, la opinión parece ser: ¿Nada de esto? ¿Tampoco? Es raro.
Yo no puedo caerles bien a todos, ni todos me caen bien a mí. Pero, en lo personal, tampoco resulta que no me gusta nada. Eso significaría que no supe buscar".

Al que no le convence la encuesta es al periodista ganador: Alfredo Rosso. "Las encuestas tipo 'multiple choice' no son mis favoritas porque facilitan la respuesta intempestiva y poco analítica. Es más fácil para el encuestador, claro, pero no permite sacar muchas conclusiones profundas, en mi opinión. 'Si las escriben ellos no las leo' es una invitación a hacerle un tilde, porque es como darle a la persona que vota una chance de mandar a alguien a la mierda. Por ahí se están descargando de su profesor, de sus padres, de un cana, qué sé yo. Es lo mismo que ofrecerles una casilla con la opción 'Que se vayan todos'."

Si nos dejáramos llevar por el resultado, podríamos llegar a la conclusión de que el periodismo de rock en nuestro país está cada vez peor. Algo en lo que no coincide Aguirre, quien contrariamente a esa idea, cree que el periodismo de rock está pasando por su mejor momento: "Es sobresaliente. Aunque siempre tuvo un nivel de excelencia notable". Mancusi no se aleja tanto de esa opinión: "No creo que la calidad del periodismo de rock haya decaído demasiado en los últimos años como suele decirse, aunque no sé si me corresponde opinar estando involucrado. Veo que hay mucha gente que sabe en los medios, como así también colegas con buena pluma", y agrega un tema que no se discute seguido: "a veces las cuestiones de mercado hacen que se le dé más espacio del que merecen a ciertas bandas 'innecesarias', y que algunas que sí son meritorias queden relegadas. Muchos de nosotros deberíamos ser menos reverenciales con los músicos, siempre y cuando exista respaldo de los medios y tolerancia de artistas y compañías"

"La tolerancia de los artistas y compañías" no es un tema menor para Herbie: "¿Uno puede ser crítico con tranquilidad? ¿Podemos decir que un festival está mal organizado? ¿O nos van a quitar por eso las proximas acreditaciones o la pauta comercial? ¿Podemos decir que un disco es malo (fijáte cuántas calificaciones negativas publican las revistas, diarios o sitios de internet) o nos van a dejar de mandar lanzamientos, nos dejarán de invitar a fiestas con comida, o los músicos nos van a negar el saludo? Si no hay libertad para nada de eso, somos gacetilleros. Y muchas veces hacemos esto del periodismo de rock: reproducir gacetillas. En ese sentido no me parece que el actual periodismo de rock esté mejor. Aunque sí veo ganas de hacerlo mas creativo y cercano a los intereses de su público que por su naturaleza son poco fieles, desencantados, algunos curiosos y que llegan a la info por canales que aún para muchos son extraños".

Rosso coincide y aporta: "A veces es difícil, sobre todo escribiendo en los grandes medios que dependen directamente de fuertes grupos de poder, dedicarle un tiempo digno y justo a las manifestaciones artísticas originales y no comprometidas con las grandes corporaciones pero, bueno, ese es en buena medida el desafío de todo periodista inquieto: buscar la manera de informar acerca de lo original y lo refrescante de una movida aunque cueste mucho esfuerzo. 'Colar' la información entre tanto artículo previsible. También hay que saber dónde buscar y tener la adrenalina a flor de piel para salir a buscar esas manifestaciones artísticas que no están en los canales de cable o en las radios masivas o en las revistas que se ven en los quioscos, sino más bien en clubes fuera del centro, donde se toca de madrugada y donde a veces hay que sudar para poder entrar".

Herbie pincha todos los globos llenos de fantasías de gente que se volcó al periodismo de rock después de ver Alta fidelidad y Casi famosos, agregando que "el periodismo de rock no escapa a los problemas del periodismo en general ni a los del país. Quiero decir: hay precarización laboral, infinita cantidad de colaboradores que trabajan en negro para medios que facturan en blanco y mucho; mucha fantasía en torno a la idea de lo que debe ser trabajar en el rock, suponiendo que siempre uno está con músicos, groupies, discos, shows y esas cosas. Aunque para algunos suele ser así, no es para la mayoría. En este rubro hay, como en otros, clases sociales que se marcan básicamente por el apellido de casado que cada uno aporta".

El hombre que hace poco se sumó a la comunidad blogger cree, haciendo pesar todos sus años de experiencia, que "hay muchos más periodistas que se dedican a escribir sobre música hoy día que hace, digamos, veinte años. Esto es así porque la música popular, no sólo el rock, pero especialmente el rock, adquirió una resonancia mucho mayor y un público mucho más numeroso. Por el mismo motivo, atrajo a las grandes marcas comerciales que ahora juzgan beneficioso invertir en lo que se relacione con el rock. Este mayor impacto social que ha tenido el rock desde, digamos, los años ’80, también hizo que ejerza un mayor atractivo para los estudiantes de periodismo, más allá de los que vocacionalmente ya se inclinaban hacia la música. Creo que debe haber en este momento un buen porcentaje de periodistas que salen egresados pensando en dedicarse a la especialidad de Deportes o a la especialidad de Música y/o Espectáculos. En tercer término quizás esté la política.

En cuanto a la calidad de los periodistas, creo que el grado de conocimiento ha mejorado por varios motivos. Uno de ellos es el mayor acceso a la información que permite la Internet y el otro –derivado quizás del anterior- es que la carretera informática permite ahora ver el rock no como un fenómeno parcial o aislado, sino como un movimiento que tiene más de cinco décadas y cuya evolución puede ser trazada, analizada y su historia afirmada, cuestionada, reformulada."

¿Cómo se llevan con sus colegas, los periodistas de rock? ¿Alguno de ellos habrá votado en esta encuesta? ¿Se habrán votado a sí mismos?

Mancusi, la revelación (?) de la encuesta opina: "Me fijo mucho en los que ya llevan unos años en esto, los de siempre, partiendo de Alfredo Rosso. De los más jóvenes, el mejor es Juan Ortelli de Rolling Stone".

Herbie, quien no fue incluido en la encuesta (o sí, pero no sabemos quién carajo es) cree que "Rosso es el que mejor data tiene, aunque no es el que mejor escribe. Kleiman ocupa un gran lugar al poder aportarle al rock info que viene de otros géneros. Aunque no me deslumbra ninguno creo que Panozzo es un clásico que si se diera cuenta que a veces se repite haría historia, y que Plotkin y Ortelli son dueños del futuro. Mancusi tiene unas salidas que me gustan y a veces me sorprende Facundo Lozano. Blejman tiene buenas ideas también".

Rosso destaca a gente joven, y no tanto: "En particular admiro el periodismo de Pablo Schanton, Pablo Plotkin, Mariana Enriquez, Mariano del Mazo y, por supuesto, mis colegas generacionales, Pipo Lernoud y Claudio Kleiman".

Sea como sea, esté mejor o no, el periodismo de rock en nuestro país va a seguir creciendo, a la par del éxito de los grupos y solistas. Si bien no se convirtió todavía en lo que es hoy el periodismo deportivo (Dios nos libre y nos guarde), es cierto que las épocas de querer reflejar el espíritu del rock en una hora de aire o en cincuenta páginas fotocopiadas ya son algo (casi) imposible de ver. Será porque el rock tampoco es lo que era.

Alfredo Rosso, sin embargo, no pierde las esperanzas: "Hay que estar abierto y tener fuerza de voluntad para escuchar montones de demos y tener la paciencia necesaria para conocer mucha gente nueva y para escuchar muchas cosas que por ahí no te muevan un pelo, pero de repente aparece ESA otra cosa distinta, que te la hubieses perdido si no le ponías dedicación a la tarea. No es nada fácil. No hay apóstoles ni santos. Somos humanos y el día tiene 24 horas, como siempre. Pero algo hay que intentar. Poner un granito de arena".

Gloria Guerrero no tiene dudas, y su opinión sirve para terminar: "El periodismo de rock es cada quien, es cada uno, es la música, es cada pulsión y es cada idea. El día en que podamos definir y analizar eruditamente de qué se trata lo que estamos sintiendo, es porque habrá llegado la hora de que nos dediquemos a otra cosa".

Mientras tanto, sigamos, que está bueno.