jueves, 28 de abril de 2016

"Yo no hago música para llenar estadios"

(Foto: Lole Martínez - Facebook Ciro y Los Persas)

2009: afiches pegados, entradas a la venta, un estadio dispuesto (Gimnasia y Tiro) y hasta una promoción de tapitas de cerveza en marcha. Todo se cayó cuando el recital que iban a realizar Los Piojos el 2 de mayo de ese año se canceló definitivamente. A los pocos días (el 30 del mismo mes) la banda se despidió en un frío (por la temperatura) River caliente (por la gente). Después, cada uno hizo su camino. La Franela, Los Persas, Las Pelotas, la ruta, el desastre. Chau esperanzas de ver a la banda de vuelta. Andrés Ciro Martínez recuerda a medias: “Sí, hubo un show que se suspendió. Me acuerdo porque un amigo vino a vernos desde Alemania (risas) y no sé si llegó a viajar pero sí tenía el pasaje y todo. La verdad que no me acuerdo qué pasó. Por lo general son cosas de la producción”, dice desde las oficinas de 300 Producciones, la empresa que lo apoya en esta etapa solista. Estuvo ensayando todo el día y a las cuatro de la tarde todavía no se enteró de la noticia de la jornada: los músicos de Callejeros fueron encontrados culpables del delito de incendio culposo seguido de muerte. A más de seis años de la tragedia de Cromañón, el rock argentino sigue sangrando su herida mayor. Ciro prefiere ser cauto a la hora de opinar: “No creo que (los músicos de Callejeros) hayan tenido ninguna intención en ese sentido. Creo que había cosas y lugares que siempre fueron peligrosos en el rock. Pero también me parece que hay alguna responsabilidad, no culpabilidad, cuando uno organiza un evento. La verdad me parece un tema delicado. Incluso porque los tipos están con la justicia ahí, con una situación muy delicada, esperando el veredicto sin saber si les van a poner la soga al cuello. Después hay cosas de ellos, actitudes, con las que no estoy de acuerdo para nada. Cómo manejaron ciertas cosas o, al menos, cómo lo expresaron. Después hay cosas que verá la ley y no me interesa hacer leña del árbol caído. Eso lo verá la Justicia”.

Tras siete años (el show anterior fue en agosto de 2004 con Los Piojos), Ciro volverá a Salta, esta vez para presentar su primer trabajo como solista (Espejos, de 2010). Vendrá acompañado por Los Persas su (ya no tan) nueva banda. En “Antes y Después”, tema que abre el álbum y que también sirvió como primer corte, se puede escuchar una frase significativa: “Hoy todo vuelve a empezar y será lo que ya fue”. La línea es un claro mensaje de resurgimiento, una manera literaria de darse ánimos para encarar las cosas con energía renovada y recuperar lo perdido tras el desgaste que llevó a Los Piojos a la separación. “Eso es lo que vos pensás –dice entre risas, tirando toda la teoría por la borda-. No lo encaré por ese lado. Digamos que en principio la letra nace como una historia particular que habla de las reencarnaciones y el amor a través de distintas vidas y de lo que pasa a veces cuando nos encontramos con alguien que parece que nos conociéramos de siempre. Después, resonaba por el hecho de volver a encontrarme con el público, pero no hacía referencia a ninguna etapa de Los Piojos ni nada por el estilo. Uno cuando comienza una nueva etapa, no sé… tiene que salir algo muy malo como para no tener una fuerza renovada. En este caso, yo estaba con muchas ganas de tocar. Para mí fue imprevisto el final de la banda. No pensé que se iba a terminar en ese momento y así. Con la incorporación de un nuevo guitarrista pensé que podían surgir nuevas cosas, un nuevo estímulo. Pero bueno, distintas cosas hicieron que se terminara y una vez ocurrido eso lo que más quería era salir a tocar; salir de gira, preparar temas nuevos. Tenía temas para grabar así que realmente era una gran alegría haber armado la banda que armé, que suena como suena, con excelentes personas. Pero nunca hice comparaciones de etapas, digamos. Si bien sí, había un desgaste al final de Los Piojos, pero no hago referencia a eso”.

Los Persas son motivo de orgullo para Ciro, que se muestra conforme y saca pecho cuando describe la performance grupal en escena. “Me gusta porque es una banda súper dúctil, súper rica en posibilidades y muy caliente: se prende fuego. Nos prendemos fuego y no hay intelectualismos pelotudos. Muchas veces ocurre, con la gente que toca muy bien, que mete demasiado la cabeza y poco el corazón y yo creo que esta es una banda en la que el corazón sobra. Se ve a full lo que es transpirar la camiseta, como concepto, como idea, como objetivo en cada recital. Se transpira la camiseta y con jogo bonito. Las dos cosas”.
- ¿Eso significa que donde mejor se aprecia a la banda es en sus conciertos? 
- Posiblemente, pero no creo que al disco le falte sangre.
- Pero una cosa no quita la otra. En vivo puede haber aún más sangre. 
- Creo que sí, sí. Eso ocurre cuando son buenos los músicos. Si no te llevás sorpresas, que son todas cosas armadas en el estudio. Y en el disco no hay casi sobre grabaciones, salvo algún solo de guitarra. Está tocado prácticamente en vivo. Quise mantener una cosa de crudeza. Después sí, en vivo puede resultar más fuerte todavía, más intenso. Siempre en vivo, por la participación de la gente, es más intenso.

Con todo, hubo uno que decidió abandonar las filas persas. El tecladista Chucky de Ipola fue reemplazado por Diego Mano, quien a criterio de Ciro “anda muy bien, es muy buen músico. Con Chucky siempre estamos en contacto pero él hace tiempo que estaba postergando su banda y su nuevo disco solista y se le complicaba ensayar. Lo hablamos y dio un paso al costado, ofreciéndose tocar cuando fuera necesario”.

En la década de las bandas separadas, Ciro se mantiene como uno de los artistas más convocantes de la escena, a pesar de no arrastrar la misma cantidad de gente que en las épocas piojosas. “Me parece que salir con un disco nuevo, con una banda nueva, con un proyecto nuevo y hacer cinco Luna Park en cuatro meses no es bajar mucho que digamos –asegura-. La verdad que estoy feliz, no me preocupa la convocatoria. Voy a trabajar para hacer lo mejor que pueda. Después, si la gente decide llenar un River, dos River o ninguno es una cosa que escapa a mi alcance. Yo no hago música para llenar estadios”.

La pregunta que flota entonces es qué va a pasar cuando Ciro avance en su carrera en solitario, acumule canciones y vaya dejando de lado las de Los Piojos. ¿O hará la gran Indio Solari y le brindará al público una buena dosis de temas legendarios? “Cuando tenga dos discos solistas van a haber menos temas de Los Piojos, seguramente. Saqué un tema más, ‘Similar’ (N. de la R: se lo puede bajar gratis de internet), para tener más material en vivo. De todas maneras creo que siempre voy a tocar temas de Los Piojos y actualmente ocupan un poco menos de un tercio del show. Haré siete u ocho temas sobre un total de 26. A mí me gustan porque además no suenan exactamente igual, les buscamos arreglos nuevos y me divierte y me emocionan. Voy cambiando los de Los Piojos justamente para que no sea siempre el mismo show. Pero cuando tenga otro disco… y supongo que va a ser difícil porque uno cuando hace un material nuevo quiere tocar lo nuevo. Así que se me complicará un poco”.

Aunque Ciro construya una carrera solista intachable, larga y convocante; los veinte años que pasó liderando a Los Piojos siempre estarán presentes, de alguna u otra manera. Una de esas formas es hablando de Gustavo Kupinski, el guitarrista piojoso fallecido el 4 de enero tras volcar con su auto en una ruta de la provincia de Buenos Aires. El año pasado, Tavo atacó a Ciro a través de los medios, lo que los distanció todavía más. Ese alejamiento existe todavía, aunque ya en forma de memorias. “La verdad es que lo recuerdo con mucho dolor por un final tan espantoso. Lamentablemente me parece que en su última época no era el Tavo que conocí, pero bueno, prefiero recordarlo como los dieciocho años anteriores, que como los últimos dos”.

Otro recuerdo es el de la misteriosa colorada que lo cautivó durante años, llevándolo a componer varias canciones que hoy son clásicos piojosos. Para Espejos, decidió grabar “Insisto”, el último corte del álbum y verdadera muestra de obsesión por una mujer. Ciro se entusiasma recordando: “Ella siempre sirvió como una musa. Estuve varios años enamorado e incluso un psicólogo me dijo ‘la tendrías que ver para desmitificar’. La vi y efectivamente se terminó ahí mi pasión”.
- ¿Por qué? ¿Ya no estaba tan buena?
- Es que yo ya había creado algo que era gigante y a la vez ella se había normalizado. Quizás estaba más buena, pero antes me gustaba porque era más al límite. Antes de grabar el primer disco (Chactuchac, de 1993) pensaba que si es verdad que el diablo se le aparece a los artistas, ése era el momento. Y apareció esta pelirroja vestida de rojo en un teatro, donde todas las chicas trabajaban vestidas de negro. Hubo un montón de coincidencias, situaciones extrañas y de signos que me decían que ella era un demonio o que al menos no me convenía profundizar demasiado. Además ella estaba en pareja, pero mal. Todas las cosas que pueden hacer sufrir a un hombre, esta chica las tenía. Era muy atractiva y muy histérica y estaba mal, con problemas consigo misma. Pero bueno, yo me puse el traje de Superman y quise solucionarle la vida y el pasado y su infancia triste y todas esas boludeces que a veces hacemos los hombres y terminamos para la mierda. Y así fue que me enganché y le di todo e hice todos esos temas que nombro en “Insisto”: “Y qué más”. “Gris”. “Gris el cielo de tus ojos…” en realidad los tenía verdes pero yo soy daltónico así que pensé que los tenía grises. Un día la llamé cuando la reencontré después de esto que me dijo el psicólogo. Le dije “che, te escribí varios temas, no sé si escuchaste”. Ella se hacía la boluda: “ah, no, no sabía”. “Sí, uno que se llama ‘Gris’ y dice ‘el cielo de tus ojos’…”. “¡Pero mis ojos son verdes!” (risas) Ahí me enteré. Y bueno, así un montón de temas y ahora no sabía si estaba viva, si estaba muerta o si se había ido del país. Así que la busqué por Facebook y a la vez dije “tengo que hacerle un tema definitivo”, y así fue como salió “Insisto”.

Ciro insiste también con su carrera solista, que ya está construyendo a paso firme y sin límite aparente. “Creo que cada disco va a ser una nueva etapa e inevitablemente, así como iba cambiando la música de Los Piojos, irá cambiando también en un próximo disco. Hay cosas que siempre me gustaron y me van a seguir gustando, como el rock and roll y el blues. Y yo hago rock. No busco diferenciarme de nada, busco algo que me haga sentir bien. Si en un momento me aburre algo, cambiaré. Creo que hay ciertas cosas que uno mantiene en la vida, pero después aferrarse a determinadas cosas, estructuras y lugares también hace que tu vida se limite a eso. Como la película esa, “El gran pez”, que dice que el pez crece según el tamaño de la pecera”.

Entrevista publicada en la revista Rock Salta Nº 1, de mayo de 2011. 

No hay comentarios.: