lunes, 19 de septiembre de 2016

Más música

(Foto: Facebook Pez)

Volvió Pez a Salta. Tocó por tercera vez en la ciudad. La primera había sido hace diez años. La segunda, en 2014. Esta fue la mejor de todas. Básicamente porque yo pude ir. Las anteriores no me habían tenido como espectador, pero en 2006 alcancé a arrancar un afiche que aún conservo sin colgar. Era blanco y negro y tenía las caras en primer plano de los cuatro músicos, parecido a la tapa de With The Beatles.

El recital fue en Fábrica de Música, una ex concesionaria vidriada que suena horrible y es puro calor. Antes de entrar, un amigo periodista me contó que se habían vendido apenas treinta anticipadas, una tristeza. El recital finalmente fue presenciado por unas 150 personas repartidas en el lugar.

Fue un concierto excelente que se escuchaba mejor desde la vereda, porque, insisto, el lugar es imposible. Lo pude comprobar porque primero escuché desde afuera. Tocaron canciones hermosas como “Más música”, “Cassette”, “De la vieja escuela del amor”, “Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar” y (ahora no me acuerdo bien) “El viaje” o “Difícil de conseguir”. Quizás ambas. También sonaron “Los orfebres”, “Introducción, declaración, adivinanza” y “Último acto”. Yo esperaba “Todo lo que ya fue”, que me parece el mejor tema de la banda, pero no apareció.

Mientras lo veía al Artista Antes Conocido Como Minimal dar un paso al frente y hacer un solo con los ojos cerrados pensaba que a pesar de los veintipico de años que tiene la banda la sensación es que el mejor momento es ahora.

Creo que Rock Nacional, el disco que sacaron hace unos meses, es el más accesible y también el mejor. Tiene canciones preciosas, gran punto a favor, suena súper actual y mantiene el riesgo.

La actualidad es tanta en Pez que la tapa de Rock Nacional refleja un estado político constante de este año: el de la protesta de la gente y la represión policial. Es un llamado a la rebelión desde todo punto de vista. El visual y también el sonoro. Porque la banda, como dice Fabián Casas, trabajó en contra de su habilidad. El disco anterior, El Manto Eléctrico, fue de un dub psicodélico colgado que no tenía mucho que ver con este presente.

Pez no edita discos malos. Y lo hace dentro de una paleta sonora que se permite el riesgo, lo que vuelve aún más meritoria esa vara alta que nunca desciende. El grupo desde sus inicios a mediados de los noventa osciló entre el punk, el hardcore, el rock progresivo, el folk, la psicodelia, el candombe, el jazz. No se puede resumir a la banda por una sola canción. Tampoco por un solo álbum.

A pesar de esa enorme variedad, el grupo nunca tuvo un hit radial. Probablemente, de diez personas encuestadas en las calles de nuestra ciudad, apenas una o dos hayan escuchado su música. Es que Pez sintetiza como ninguna otra banda la actualidad del rock argentino de estos años, aunque generacionalmente pertenezcan a otra camada.

               

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