jueves, 30 de marzo de 2017

Ningún muerto a laburar

(Soda, en 2007. Foto: Nora Lezano)

Celebremos: el “nuevo” disco de Soda Stereo está a la altura de la banda. Es una selección de canciones muy conocidas que se disfruta independientemente de su inevitable ligazón con el espectáculo del Cirque du Soleil que la originó.

Lo primero que sobresale después de una escucha general es que hay algo raro. Una extraña sensación  un presentimiento que no queda mal. Hay detalles que no estaban en las versiones que conocemos de toda la vida. Es que Charly Alberti y Zeta Bosio exploraron de manera profunda las grabaciones originales de la banda. El resultado, consensuado con la gente del Cirque, es un trabajo muy cuidado, que suena bárbaro y hace extrañar aún más a Gustavo Cerati, que, obvio, se destaca por sobre el resto a pesar de que ya lleva casi siete años de inactividad.

El disco es como la lista de un concierto un poco experimental que nunca fue. En una hora y veinte minutos se muestran todas las facetas de la banda y la evolución que Sodalos tres músicos tuvieron desde aquel lejano álbum debut plagado de new wave hasta los shows finales de la gira de regreso de 2007. Hay versiones en vivo, mashups, tomas descartadas y nuevas mezclas que logran un redescubrimiento allí donde no parecía haber otra cosa que el rock argentino más escuchado de los últimos treinta años. “Picnic en el 4°B” suena mejor, menos ochentosa. Por fin, “Te hacen falta vitaminas” y “Mi novia tiene bíceps” son una sola canción. La fusión de “Un misil en mi placard” y “Ella usó mi cabeza como un revólver” es muy efectiva. El momento “climático” con “Planeador” y “En remolinos” es tan obvio que resulta un placer. Hay momentos destacados, como “Un millón de años luz”, “Planta”, “Primavera 0” y “Cuando pase el temblor”, pero la perla es la toma semi alternativa de “De música ligera”, que muestra a un Cerati de voz tan potente como las guitarras que tocó en esa misma canción.

             

Cuando todo indicaba que el “no descansaré” con el que Cirque du Soleil promociona el espectáculo era un pie muy obvio para caer en el “muerto a laburar” del que habla Divididos, Sép7imo día se sostiene por sí mismo. Gracias totales.

Este breve texto sobre Soda forma parte de un artículo más largo que se puede leer acá.

5 comentarios:

El Delgado Duque Blanco dijo...

Buena crítica. Pensé lo mismo cuando salió: un curro más de Zeta Bodrio, que muerto Gustavo y dado que Charly nunca tuvo mayor influencia en las decisiones, tiene vía libre para usar la 'marca' Soda Stereo. Sin embargo, el profesionalismo del que hizo gala la banda desde sus inicios se ve intacto. El Cirque du Soleil no da puntada sin hilo y, más allá del circo (jeje), las remezclas y mash ups ofrecen algo novedoso, a falta de algo nuevo. Lo de "Un misil en mi placard" con "Ella usó mi cabeza como un revolver" es un buen ejemplo de cómo buscarle una vuelta de tuerca original a cosas escuchadas hasta el hartazgo. Habrá que ver cuanto tardan en sacar el "Los amigo" de Cerati, con sobras de otros discos.

Espiroqueta dijo...

Suscribo a todo lo dicho por el Duque y aprovecho para manifestar, una vez más, mi absoluto respeto y fanatismo por Gustavo Cerati y su obra.

Federico Anzardi dijo...

Así es Duque. Igual, el "Los Amigo" de Cerati probablemente sea mejor que casi todo.

Espiro, siempre lo supimos (?).

Juan manuel dijo...

La verdad me encantó el artículo...normalmente suscribo a todo lo que escribis, pero este no es el caso...lo primero que me vino a la cabeza cuando empezó este largo revival de la obra de Gustavo fue el tema de divididos...Y si bien respeto la decisión de su familia así como la de zeta y Charly por continuar el legado de lo que armaron juntos, forma parte de una saturacion de sodá que no me banco mas...saludos

Federico Anzardi dijo...

Hola Juan. Yo pensaba algo parecido antes de escuchar el disco. Después me convencí. La verdad es que lo disfruté un montón y (saturaciones por bombardeos mediáticos aparte) creo que Soda garpa siempre, no hay con qué darle. Un abrazo y gracias.